martes, 26 de julio de 2016

Días que pasan

Llevo mucho sin escribir en el blog, y no ha sido por falta de tiempo, porque ahora es precisamente lo que me sobra... Ha sido porque estoy en medio de un huracán de pensamientos, miedos, nuevos sentimientos.
El día 13, volvimos a ver a nuestro pequeño "cigronet" (como le dice mi amiga N en valenciano), y ahí estaba, con sus bracillos y piernecillas, os prometo que ya se diferenciaban. Y de nuevo ese maravilloso sonido de su corazoncito, latiendo a 150 pulsaciones/minuto. La gine privada que es súper apañada, nos dijo que es normal que vaya tan rápido. La verdad que impresiona ese sonido tan deprisa. En ese momento me paro: "hay vida dentro de mí", y encima es parte de mí. Es una sensación muy rara, creo que por mucho que intentara explicarlo, con palabras no podría. 
Desde hace ya más de un mes estoy de baja, y estoy tranquila en casa pero a veces creo que vivo el día de la marmota una y otra vez. Sí, debería hacer algo provechoso. Leo libros, veo series, veo pelis y hasta incluso me he planteado escribir un libro, pero no me decido a hacer nada. Y encima mañana toca la ecografía de las 12 semanas, y es un paso importante porque se mide el pliegue nucal y también lo del cribado del síndrome de Down, por lo que os podéis imaginar el manojo de nervios que soy... Me cambia el humor continuamente, de pronto estoy bien que de pronto me siento mal. Pobretico de mi marido que intenta agradarme y ayudarme, pero uf, a veces me siento tan mal.... Resulta que tengo náuseas por doquier, y vomitar no os imagináis, me deja el cuerpo fatal. Sí, esto no era lo que yo esperaba, porque es muy duro intentar disfrutar de este regalo que Dios me ha dado pero a la vez estoy hecha una caca. Aunque he de decir que me está saliendo un pelín de barriguita, y lo del pecho... No me puedo ni rozar... ¡Ya una talla más!
De vez en cuando me dan alegrías ajenas que siento que son como mías. Una amiga (I) ha conseguido su embarazo deseado, gracias al ICSI y fíjate, con un embrión tipo C (que yo le dije que iba a ser Súper Champion) ha conseguido el positivo. Nunca hay que tirar la toalla porque quién sabe qué nos espera en el futuro...
Mañana espero y deseo que todo vaya bien. Ya os contaré.

lunes, 4 de julio de 2016

Esto avanza poco a poco

Cuando comienzas con los tratamientos in vitro, nunca piensas que el camino va a ser tan largo y duro... miras las estadísticas, las probabilidades de éxito, foros de mujeres que ya están embarazadas o han conseguido la meta tan deseada por todos...
Yo, ahora, que ya ha sido positivo y se acabó la betaespera maldita, ahora toca pensar en pasar de la semana 9 que fue cuando se paró.
El día 29 estuvimos en reproducción asistida para la revisión, y en la sala de espera había unas 30 parejas, sin contar que había gitanas y lo digo porque si ya hasta ellas tienen problemas, apaga y vámonos. Todos allí sentados, mirando el móvil e intentando olvidar el porqué estamos en este área esperando. Y se oye mi nombre. Mi marido y yo nos levantamos y os confieso que las piernas no paraban de temblarme. Nos recibió el jefe del departamento, y comenzamos a hablar y me dijo que pasara a desvestirme de cintura hacia abajo. Cuando entras en el pequeño baño, mil pensamientos acuden a mi mente cuando la otra vez nos dieron la peor de las noticias posibles. Haces unas gotas de pipí, y sales con una telilla puesta y te sientas en el potro de tortura. Yo rezaba mucho, y pensaba que sólo me diera fuerzas para lo que viniera. Él empezó a decirle a una chica (era muy joven, así que creo que era una MIR) que moviera el ecógrafo y eso, para ver bien todo. Y sus comentarios eran: "mira, esto es una placenta bien implantada, perfecta, y ese embrión está perfecto". A lo que yo respiré, creo que incluso me desinflé. Veía de lejos los ojos de mi marido, y volví a ver ese brillo indescriptible. Los ojos achinados, como que lo que estaba viendo era algo bueno. Y ya terminan, y se van a levantar, a lo que la chica dice, "uy, mira te lo enseño, ¿ves eso?" os confieso que no distingo muy bien lo que tengo que ver... pero veía una lucecita que se movía, sí, era su pequeño corazón que latía muy fuerte y a un ritmo bueno, según ella. Así que, de nuevo di gracias a Dios y me vestí. Me vuelven a ver el día 13, pero sólo por lo que me pasó. Y salimos mi marido y yo, felices, de la mano y contentos. Pero yo sigo con mucha cautela todo, porque no me fio nada... tengo miedo de que vuelva a ocurrir algo malo, y es inevitable.
Espero que conforme pase el tiempo, y si va bien, la tranquilidad se vaya apoderando de nosotros y podamos disfrutarlo.