lunes, 4 de julio de 2016

Esto avanza poco a poco

Cuando comienzas con los tratamientos in vitro, nunca piensas que el camino va a ser tan largo y duro... miras las estadísticas, las probabilidades de éxito, foros de mujeres que ya están embarazadas o han conseguido la meta tan deseada por todos...
Yo, ahora, que ya ha sido positivo y se acabó la betaespera maldita, ahora toca pensar en pasar de la semana 9 que fue cuando se paró.
El día 29 estuvimos en reproducción asistida para la revisión, y en la sala de espera había unas 30 parejas, sin contar que había gitanas y lo digo porque si ya hasta ellas tienen problemas, apaga y vámonos. Todos allí sentados, mirando el móvil e intentando olvidar el porqué estamos en este área esperando. Y se oye mi nombre. Mi marido y yo nos levantamos y os confieso que las piernas no paraban de temblarme. Nos recibió el jefe del departamento, y comenzamos a hablar y me dijo que pasara a desvestirme de cintura hacia abajo. Cuando entras en el pequeño baño, mil pensamientos acuden a mi mente cuando la otra vez nos dieron la peor de las noticias posibles. Haces unas gotas de pipí, y sales con una telilla puesta y te sientas en el potro de tortura. Yo rezaba mucho, y pensaba que sólo me diera fuerzas para lo que viniera. Él empezó a decirle a una chica (era muy joven, así que creo que era una MIR) que moviera el ecógrafo y eso, para ver bien todo. Y sus comentarios eran: "mira, esto es una placenta bien implantada, perfecta, y ese embrión está perfecto". A lo que yo respiré, creo que incluso me desinflé. Veía de lejos los ojos de mi marido, y volví a ver ese brillo indescriptible. Los ojos achinados, como que lo que estaba viendo era algo bueno. Y ya terminan, y se van a levantar, a lo que la chica dice, "uy, mira te lo enseño, ¿ves eso?" os confieso que no distingo muy bien lo que tengo que ver... pero veía una lucecita que se movía, sí, era su pequeño corazón que latía muy fuerte y a un ritmo bueno, según ella. Así que, de nuevo di gracias a Dios y me vestí. Me vuelven a ver el día 13, pero sólo por lo que me pasó. Y salimos mi marido y yo, felices, de la mano y contentos. Pero yo sigo con mucha cautela todo, porque no me fio nada... tengo miedo de que vuelva a ocurrir algo malo, y es inevitable.
Espero que conforme pase el tiempo, y si va bien, la tranquilidad se vaya apoderando de nosotros y podamos disfrutarlo. 

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