miércoles, 3 de agosto de 2016

Semana a semana, adelante

Pues ya hemos pasado la semana 12, y se supone que es la semana más complicada o al menos eso dicen...
Llegamos al hospital de Huércal y claro, no sabíamos dónde era exactamente donde me tenían que ver, pero después de preguntar y eso, dimos con la tecla. En la sala de espera, vi a otra mujer embarazada, pero ya estaba más gordita que yo. ¿Me veré yo así? Es una pregunta que aún ronda mi cabeza y que me da vueltas y vueltas. 
Me nombraron, y adelante que pasamos y el primer paso, pesarme, jeje. Tampoco voy tan mal, creo que he engordado un kilo y medio en estos tres meses, así que bien. Y ya pasé con la médico, que me dijo que me bajara un poco la falda y me descubriera la barriga, cuál fue mi sorpresa que por fin quedaba atrás el famoso ecógrafo vaginal que tantos momentos buenos y malos me ha dado... y me tumbé en la camilla. La enfermera me echó gel para la ecografía y yo me santigüé, pues cada eco es un mundo para mi y esta ecografía era muy importante y decisiva. La médico comenzó a mover el ecógrafo y ahí estaba el bebé, que estaba moviendo los brazos y las piernas, cosa que hoy día sigue sorprendiéndome. Empezó a medir la nuca, la fosa nasal, las piernas, etc, y soltó "uy, parece que va a ser niño, aunque no estoy segura". Y tengo que reconocer que fue un poco de impacto, pues todo el mundo me había "convencido" que iba a tener una niña, y fíjate, ahora puede ser un nene. Todo estaba bien y volvimos a oír el corazón, latiendo sin parar a una velocidad buena. Mi marido miraba la pantalla y veía en sus ojos una felicidad que con palabras creo que nunca le daré el crédito que merece. Qué emocionante es llevar a tu hijo vivo en tu ser, qué don tan maravilloso me ha regalado Dios.
Y si en 10 días no nos llamaban, quería decir que el cribado del Síndrome de Down sería bueno y que por tanto, habría un riesgo muy bajo. Por ahora no hemos recibido llamada, y según los comentarios de la médica, todo había salido dentro la normalidad, así que contentos.
De vuelta en Granada, pasan los días, y todo va sumando. Lo que no ha variado mucho son los vómitos, es lo más desagradable. Pero espero que poco a poco vayan mitigándose.
Muchos sábados me voy con la familia de mi madre a su pueblo, para estar con mis tías (R y M) y este sábado fue muy bonito, recordando vivencias de mi abuela que tan difícil lo tuvo en la vida y demostró ser una fuera de serie como persona, madre y mujer. Fue una madre coraje.
Es bonito tener a tu familia a tu lado, especialmente mis primas y primos, porque no son mis hermanos o mi hermana (que no la supera nadie, claro, jeje), pero a veces han actuado como tales y están muy pendientes de mi y de mi futuro bebé. Cuando te llaman o se acercan a verte, te alegran el alma, os lo aseguro. 
Me voy unos días de relax a la playa, a ver si se pasan los vómitos y las náuseas y empezamos este segundo trimestre con otro espíritu y ánimo.

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