Cuando una mujer se queda embarazada de forma natural, tiene
la suerte de enterarse que va a ser mamá con la ausencia de su periodo y confirmándolo
con un predictor (tantas marcas hay ahora…). Pero hay ciertas mujeres que nos
toca vivir el calvario de la betaespera y saber si todo ha sido en vano o no
por un análisis de sangre. Sí, puede que esto lo veáis estúpido, pero a veces
las cosas más sencillas suponen un mundo cuando no las puedes vivir en primera
persona.
Un día puede convertirse en mucho más que 24 horas, os lo
juro. Parece que el reloj no avanza y que todo avanza a cámara lenta. Comienza
el calvario de ir al baño del orden de 800 veces al día, y mirar el papel con
lupa por si hay algún cambio o mancha de algo. Observar mi cuerpo, por si hay
cambios de algo… creo que mi cerebro no puede más, y no sé cuántas betaesperas
soy capaz de soportar… entre las Inseminaciones Artificiales (4) más luego la
in vitro, con dos transferencias (2), y la tercera betaespera que nos dio aquel
resultado tan soñado (aunque luego no terminara con un final feliz…) (1), y
esta betaespera de ahora (1), van por 8 betaesperas en total. No había hecho la
cuenta total, porque no recordaba las inseminaciones artificiales (quedan tan
lejos ahora…), pero da miedo pensarlo.
Y de nuevo aquí me veo. La gente te dice “lo que tenga que
ser será” pero no son conscientes que tu deseas que sea positivo a toda costa,
y que acabe ese calvario de una vez. No os miento, también quiero que llegue ese
día para saber si es negativo y enfrentarme a mi fase de pena y duelo de nuevo….
Sorprende cuando hay personas a tu alrededor o conocidas que
comienzan un proceso de in vitro y les cuento los pasos que van a seguir o la
medicación que se tendrán que pinchar o tomar. Me he hecho una experta en este
tipo de procesos. En realidad, soy una loca de estos procesos…. Porque yo
investigo hasta cómo es la criopreservación (vamos, lo que viene siendo la
congelación) de los embriones y el proceso de descongelación también. Me gusta
saber qué hacen en ese laboratorio tan frío y que tanta vida potencial alberga.
Ojalá el mes de Junio me traiga suerte y una vez más, pueda
vivir en primera persona lo que es un positivo.
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