Un mes. Definición de mes según la RAE es el conjunto de
días consecutivos desde uno señalado hasta otro de igual fecha en el mes
siguiente. Sí, eso es exactamente lo que es. 30 días. Para la mayoría de las
personas 30 días no son nada, o quizá menos que nada. Para mí, supone un mundo
y tiempo perdido en este camino tan tortuoso y larga que me ha tocado vivir.
Ayer volvimos a reproducción asistida, porque nos tocaba la
cita para comprobar cómo estaba mi útero y todo después del legrado. Os aseguro
que yo me bajé del coche, y me temblaban las piernas. De nuevo volvería al
mismo lugar donde todo empezó y donde todo terminó. Donde nuestros sueños se
cumplieron y también la peor de nuestras pesadillas.
Yo me agarré al brazo de mi marido, porque os prometo que
sentía caer. Sentados en la sala de espera, nerviosos, mirando el móvil y
leyendo un poco Facebook y twitter… y de pronto mi nombre lo grita una
enfermera. Me decía a mí misma “que no sea la consulta 2…” y la enfermera
comenta, “pasad a la consulta 3”. Bien, menos mal…
Entramos y el doctor, comenta un poco la historia: “te
quedaste embarazada pero se paró, ¿no?” y claro, no queda otra que contestar “sí,
así es…” y de nuevo toca desnudarse y esperar en el potro ese raro, que parece
inventado por un torturador de la inquisición. Mientras me quitaba el pantalón
os prometo que sentía el miedo en el cuerpo, y temblaba. Y me puse a rezar, y a
decir “confío en ti”.
Entró el ecógrafo y ni un comentario me hizo el médico, por lo
que todo estaba bien. Lo peor venía después. Nos comenta “cuando te baje la
regla, comienzas a tomar meriestra y nos llamas”. Lo que todo esto implicaba
que de nuevo tengo que esperarme un mes a todo… otro mes más! Es como cuando a
preso que está a punto de conseguir la condicional le comentan que por un
problema de un papeleo no ha llegado a tiempo su permiso y tiene que esperar 30
días más.
El camino de vuelta a Almería fue largo, y silencioso porque
yo no dejaba de llorar. ¿Por qué me ha tocado vivir todo esto? Es todo tan
injusto y tan cruel. Sé que hay enfermedades muchísimo peor, pero yo sentía
morir. Y hay veces que lo deseo, porque quiero que se acabe ya este
sufrimiento. Y miraba por la ventana, y soñaba que era otra persona y estaba
lejos de allí, en cualquier otra parte del mundo. Pero no, estaba allí sentada
deseando cerrar los ojos y no sentir nada.
Cuando llegué al trabajo, me puse la banda sonora de la
película Intocable, porque ese piano de Ludovico Einaudi te hace evadirte y desaparecer
por un tiempo dejando tu cuerpo tan sólo. Menos mal que a mi lado está mi amiga
N, que es como un ángel que Dios envió y lo puso en mi camino. Me hace reír
tanto, cómo la voy a echar de menos cuando se vaya de baja…
Mi hermana siempre está ahí, lo que pasa que le debe dar
coraje verme caída y tan débil, y todo el rato recordando lo que he sufrido… y
ella quiere que mire hacia adelante, y dejar atrás el pasado. Pero el pasado
está sobre mí siempre, como una sombra.
Y de nuevo, toca buscar en google qué es la meriestra:
valeriato de estradiol, que en realidad lo que hace es ayudar a que el
endometrio crezca y asegurar el tamaño ideal para la transferencia.
Ya no sé cómo llevar la espera… qué hacer… estuve en un
acupuntor nuevo, a ver si con este hay más suerte y me ayuda más. La verdad que
el muchacho parece agradable y me dio algunas pautas de alimentación, como
suplemento de omega-3 y que coma más huevo (lo cual me encantó, jeje, me
encanta el huevo…)
Así que a esperar. Un mes. Sí, eso dicen que no es nada…
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