domingo, 6 de marzo de 2016

Segunda betaespera...

No pensaba que volvería a enfrentarme a la segunda betaespera, pero sí, de nuevo tendría que vivir esos 15 días interminables que pasan más lentos que nunca.
Intenté ocupar la mente como podía, saliendo a pasear, hablar con mi compañera N, que es una persona única, de esas personas que conoces en la vida y te preguntas ¿cómo era mi vida antes de que ella llegara? Gracias por estar en mi vida N.
Y nada, de nuevo a mirar el reloj, mirar la fecha. Mmm la fecha, hasta miré cuando sería el posible parto, sí, lo busqué en google y metí la fecha de la última regla y automáticamente sale la fecha probable de parto. Hasta dónde corre la mente humana, que va más rápido de lo que pasa en realidad.
De nuevo, el fin de semana anterior a la beta-CHG empecé a manchar, y mis peores presagios empezaron a materializarse. Cuando fui al baño y vi esa manchita en el papel, sentí como si me aplastaran el corazón de nuevo. ¡No puede ser! ¡Nooo!
Yo llegaba a la consulta de la gine, con el ánimo por los pies, pero quizá siempre guardaba esa pequeña llama de esperanza que arde dentro de cada uno de nosotros, ¿y si al final es positivo?
Cuando entramos en la consulta, y vi la cara de nuestra gine, ya está. De nuevo el mazazo. NEGATIVO. ¡noooooooooooooo! me puse a llorar y ella me abrazó. Me comentó que la media de éxito en in-vitro es a la tercera, que no me quedase en esto, y que había que seguir intentándolo. Nos dijo: "si hay una pareja modelo de salud, sois vosotros, que no hay nada malo... así que lo conseguiréis", aunque yo no escuchaba nada. 
Salimos de Granada rumbo a Almería, pero en silencio, y tristes, muy tristes. Adiós pequeño B, allí te encuentras con tus hermanos embrioncitos A.

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